Todo hubiera imaginado menos que un día iba a estar con un bebé frente al espejo, cantándole de todo un poco, sigo pensando que en la variedad está el placer.
No sabes cuánto había esperado este momento, nuestro Padre un buen día del año 2007 se armó de valor y llamó a informarme que venía a visitarme, palabras textuales dijo: anota nena el número y la hora del vuelo en el que llegamos; mi cabeza empezó a dar mil vueltas, ¿llegamos? Oh no, mínimo ya armó drama nuevamente porque me fui a vivir sola y la va a emprender nuevamente contra mí, por fortuna faltaban pocos días y el día "D" llegó.
Abandoné la oficina una hora antes, lo sé, un tris exagerada, pero eran unas ganas tan fuertes por recibir mi sorpresa que ni tuve en cuenta la media docena de aviones que tendría que ver llegar antes del que yo esperaba, así como a la vendedora de chicles, el intercom y los mariachis que esperaban con novio incluido a "X" mujer.
Era tanta la ansiedad que me coloqué los auriculares, escuchaba al Canto del Loco y de pronto, casi como en cámara lenta, se abrió la puerta de aduana y saliste tú colgado del canguro que llevaba tu madre, con ese pelito amarillo y unas pepas azules en esa carita, mirando desubicado para todos lados, sin saber en dónde estabas (bueno, después de un viaje de 12 hrs. cualquiera sale perdido), y por un instinto de familia, trascendencia de genes o simple curiosidad, estiré mis brazos, desabroché el canguro y te cargué. Sin miedo de nada. Te abracé, toqué tus cachetitos y te di mil besitos, ahora a preguntar ¿de quién es este bebé tan hermoso? silencio total, el que calla otorga, hasta que escuché ¡Tu hermano! Yeaaaaaaaah, tarde pero no importa. jajaja
Esos días que estuviste conmigo me regresaron a la infancia, por fin tuve mi propio muñeco con quien jugar, te corté el pelo, te apliqué cremita Johnson's (para que perdure mi estilo), te cambié de ropa, fuimos al supermercado, no para comprar comida sino por el simple hecho de sentarte en el carrito.
Sé que no te vas a acordar pero te organicé una fiesta, estuvo genial, vinieron mis amigos a conocerte y a darte la bienvenida a nuestro planeta, al mundo de fiesta. Destapamos una botella de champagne y te puse unas gotitas en tu boquita y detrás de las orejas, (hay que comenzar la vida elegante), te gustó, lo sé, por eso puse unas cuantas más... Y te convertiste en ese muñeco de verdad que por haber sido la menor (hasta entonces) no tuve.
Un domingo me dejaron cuidándote, caminamos hasta la casa y entramos. Era la primera vez que estábamos solos. Yo te dejé reconocer mis cosas, jugar con la Gane, contestar mis llamadas, escuchar música, música que para nada te gustó, eso también lo sé, así que decidí leerte algo, qué difícil encontrar una lectura infantil para el género masculino, no hubo tiempo para decidir porque en un descuido ya estabas control en mano cambiando los canales del T.V. Por experiencia sé lo que sucede cuando un hombre pierde el control, mejor dejarte quieto...
La tarde iba, en medio de todo, tranquila, hermano-hermana pasando un buen rato, de pronto pegaste una pequeña carrera hasta la cocina y trajiste el biberón, de inmediato supe que empezaban mis deberes de hermana mayor, nunca hubo Plan A, así que a aplicar el que nunca me falla... ¡Auxiliooooooooo! llamada de emergencia a Micaela, ¿Mica, cómo preparo el tete del bebé?, ella es un amor y se las sabe todas o las inventa para mí; asunto solucionado y min. después estabas en mi cama tomando lo que con tanto amor yo te había preparado, dormiste como 3 hrs. desde entonces empecé a sentir el vacío que ibas a dejar en mi vida cuando estuviéramos lejos. Días después se me arrugaba el corazón al verte partir rumbo a casa...
Gracias mi enano hermoso por llenar mi mundo de color, son impagables los momentos que he vivido junto a ti...
Att. La loquita que tanto te quiere... Yohanna Duchamp