Por continuar disfrutando de la compañía de personas como tú decidí ser valiente y aprovechar cada segundo que la vida me concediera, sin importar la cantidad de horas y Km. que nos separaran.
Hoy, que poco a poco se desvanece el nubarrón que durante un tiempo me acompañó quiero agradecerte cada una de las palabras, la compañía, calidez y sabiduría que me has entregado durante este tiempo. Es una bendición contar con tu apoyo incondicional, saber que más allá de compartir nuestros triunfos o derrotas podemos "ser" es de las experiencias más enriquecedoras que la vida me ha permitido disfrutar.
Si alguna vez te asalta la duda y quieres conocer la razón por la que hice esto, no tienes ni siquiera que preguntarlo, desde ya te digo que si algo he aprendido de la vida es a reconocer que el "hoy" es lo verdaderamente importante, el futuro siempre será incierto y, de cada uno de nosotros depende el tamaño de la huella que deseamos dejar en la vida de las personas que hacen parte de la nuestra.
Escribí que trajeras pañuelos, no es cierto, si algo quiero es hacerte feliz y recordarte que aún cuando no me necesites, debes tener presente que estoy contigo en todo. Besos y abrazos de bienvenida.
Ahora sí, que comience la fiesta...