"Dudo en llamar con el nombre bello y serio de tristeza, a este sentimiento desconocido cuya dulzura y cuyo dolor me tienen obsesionada. Es un sentimiento tan completo y egoísta que me llega a dar vergüenza, mientras que la tristeza me ha parecido siempre honrosa. Conocía el arrepentimiento, el fastidio y hasta el remordimiento. La tristeza, no. Ahora siento algo que me envuelve, como una seda enervante y dulce, y que me separa de los demás. Aquel verano yo tenía diecisiete años y era feliz del todo."
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia... Tenía 17 años, ya no recuerda si era verano sólo sabe que desde entonces comenzó el invierno...