Me tomarás por aburrida, pero si quieres jugar, prefiero otro tipo de juego. En este tuyo me vas enseñando las espadas de los celos, los bastos de los golpes mudos, los oros del interés y los corazones de los momentos en los que me das vida y me tientas, para volver a ensartarme de nuevo en la desazón y la discordia. Hagamos algo: dejemos las cartas a un lado. Vivamos. Prefiero la locura de la incertidumbre y el amor a la intelectualidad del movimiento preparado y el futuro calculado. No presento más bazas: las recojo y las retiro. Si tu destino en vivir pegado a unas cartas de programación de sentimientos, amigo, despidámonos ahora porque, entonces, nuestro futuro ya está escrito. En cambio, si quieres compartir sentimientos, experiencia, corazón y problemas, de cara al viento y sin juegos, toma mi mano y afrontemos una vida sincera y completa.
Maria Teresa Aláez García