usted no lo sabe
y sin embargo sus arrugas,
tersándome la mañana,
me han obligado a iniciar una huelga de novios
desde que lo conozco.
Y hoy
-mientras los dos nos mirábamos de reojo,
cada uno en un extremo de la barra-,
mi guedeja más anarquista
ha optado definitivamente por afiliarse a sus ojos.
Almudena Guzmán